Pediatría
Rama de la medicina que atiende y trata las enfermedades de la infancia y el estudio del crecimiento normal. La pediatría se convirtió en especialidad en el siglo XX. En la década de 1980 algunos pediatras crearon una subespecialidad denominada medicina de la adolescencia, cuyo campo son las necesidades médicas y emocionales de las personas entre 12 y 20 años.
Los pediatras reciben la formación necesaria para detectar las anomalías congénitas y tratarlas cuando sea posible. Un tipo importante de anomalía congénita susceptible de recibir tratamiento son las cardiopatías congénitas. La corrección de estas anomalías consigue cada vez mejores resultados. Otras enfermedades congénitas que se deben diagnosticar y tratar con rapidez tras el nacimiento son la fenilcetonuria y el hipotiroidismo congénito. Los pediatras también se ocupan de enfermedades infecciosas cuya frecuencia es más elevada en la infancia. Muchas de estas enfermedades se pueden prevenir mediante inmunización, la cual es responsabilidad del pediatra.
Los pediatras también controlan el crecimiento y el desarrollo normal de los niños según parámetros intelectuales y motores. Los retrasos en el desarrollo pueden apuntar a una nutrición inadecuada, envenenamiento con sustancias del medio ambiente como el plomo, o hiperactividad. Además, los pediatras deben estar atentos a ciertas enfermedades que suelen aparecer en la infancia, como alergias, inmunodeficiencias, y epilepsia.
Gastroenterología
Gastroenterología, especialidad médica que estudia el sistema digestivo humano y las enfermedades que le afectan. Los especialistas en ese campo, llamados gastroenterólogos, estudian y tratan trastornos del esófago, el estómago, el intestino delgado, el intestino grueso y el colon —lo que, en conjunto, se conoce como tracto gastrointestinal—, así como del hígado, la vesícula biliar y otros órganos implicados en la digestión.
Entre los padecimientos más comunes que los especialistas deben tratar se encuentran las enfermedades del estómago, el órgano que recibe, almacena y digiere parcialmente la comida en los primeros estadios de la digestión humana. La gastritis, por ejemplo, es una inflamación del revestimiento del estómago que suele provocar dolor abdominal, náuseas y vómitos. Puede estar causada por la bacteria Helicobacter pylori, por una infección viral, o puede deberse al estrés, a distintas alergias, a reacciones al alcohol, o a determinadas sustancias. Es necesario identificar el agente causante para poder tratar la inflamación.
Los gastroenterólogos también están especializados en el tratamiento de úlceras pépticas, llagas y erosiones en el revestimiento del estómago o la primera porción del intestino delgado, llamada duodeno. Las úlceras superficiales causan indigestión y otras molestias; las úlceras responsables de erosiones más profundas pueden provocar una hemorragia abdominal que, en caso de no ser tratada, puede llevar a la muerte. En los últimos años, los investigadores han encontrado un vínculo sugestivo entre la Helicobacter pylori y las úlceras crónicas. Los gastroenterólogos prescriben antibióticos que matan esa bacteria, así como medicamentos que combaten la acidez del estómago o reducen la secreción de ácidos digestivos.
También se tratan muchas enfermedades relacionadas con otros órganos implicados en la digestión. El esófago, por ejemplo, puede inflamarse a causa de la presencia de ácido gástrico procedente del estómago, causando pirosis. Esta dolencia, conocida como reflujo del ácido, puede combatirse con pérdida de peso, fármacos que limitan la secreción y acidez del ácido gástrico y procedimientos quirúrgicos. En el hígado, los desórdenes más normales son la hepatitis, una inflamación causada por una infección o por agentes tóxicos, y la cirrosis, que suele estar provocada por el alcohol y que puede dar lugar a que el hígado deje de funcionar. Los gastroenterólogos también tratan cálculos biliares (masas de materia sólida encontradas en la vesícula biliar), inflamación del páncreas, llamada pancreatitis, e inflamación del colón, llamada colitis.
Los médicos utilizan una gran variedad de herramientas altamente especializadas para examinar, diagnosticar y tratar los desórdenes del tracto intestinal. En un procedimiento llamado endoscopia, los especialistas utilizan un tubo largo y flexible con lentes de aumento y una fuente de luz, llamado endoscopio, para examinar las cavidades internas del cuerpo. Los endoscopios están dotados de accesorios especializados, como fórceps o cepillos, que permiten al médico obtener pequeñas muestras de tejido para ser analizadas en el laboratorio, en un procedimiento llamado biopsia. Los endoscopios también están equipados con un láser que permite al gastroenterólogo tratar desórdenes sin recurrir a un tipo de cirugía más agresiva. Se pueden cauterizar o quemar úlceras pépticas con endoscopios equipados con láser.
Traumatología
Especialidad médica dedicada al diagnóstico y tratamiento de las lesiones traumáticas que afectan al aparato locomotor.
La traumatología se ocupa de las lesiones traumáticas de columna y extremidades que afectan a sus huesos (fracturas, epifisiólisis), ligamentos y articulaciones (esguinces, luxaciones, artritis traumáticas), músculos y tendones (roturas fibrilares, hematomas, contusiones, tendinitis) y piel (heridas).
Oftalmología
Rama de la medicina que estudia el ojo en lo que concierne a su fisiología, estructura, enfermedades y procesos que le afectan. Los oftalmólogos son licenciados en medicina que tienen una formación médico-quirúrgica, es decir, conlleva una formación posgraduada de varios años, mientras que los ópticos son técnicos especialistas. Los oftalmólogos realizan el tratamiento de las infecciones y otros trastornos oculares, las alteraciones de refracción y la ortóptica (tratamiento de los vicios visuales), así como la prevención de la ceguera y la atención médica a los pacientes invidentes.
Otorrinolaringología
Especialidad médico-quirúrgica que se ocupa de las enfermedades de la cabeza y el cuello. Antiguamente, esta disciplina se circunscribía a los trastornos del oído, la nariz y la garganta. Los especialistas actuales en este campo —que reciben el nombre de otorrinolaringólogos— estudian, diagnostican y tratan todos los órganos situados en la cabeza y el cuello humanos, excepto los ojos y el cerebro.
Aunque formados como especialistas en cirugía, los otorrinolaringólogos también proporcionan tratamientos no quirúrgicos. Atienden a pacientes con trastornos comunes como infecciones de los senos, infecciones del oído medio, pérdidas de audición, problemas alérgicos, hemorragias nasales y amigdalitis. Además, realizan intervenciones quirúrgicas en casos más complejos, como la enfermedad de Ménière, un desorden del oído interno que causa vértigo y pérdida de audición; otosclerosis, un trastorno del oído medio; y otros que causan pérdida grave de audición o sordera. También estudian, diagnostican y tratan el cáncer de laringe y de los senos y algunos trastornos que obstruyen las vías respiratorias del paciente. Algunos otorrinolaringólogos están especializados en cirugía plástica de nariz y otras estructuras faciales, que se emplea con fines estéticos o de reconstrucción.
Se utiliza una gran variedad de herramientas para examinar, diagnosticar y tratar trastornos de la cabeza y el cuello. En un procedimiento llamado endoscopia, se emplea una estrecha sonda llamada endoscopio para examinar y fotografiar estructuras internas de la cabeza y el cuello. La endoscopia ha revolucionado el diagnóstico y el tratamiento del cáncer laríngeo y de las enfermedades de los conductos nasales.
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